Calidad
La calidad puede no ser lo que piensas.
Por: Diana Laura Reyes Hernández

Cuando se comienza a hablar de calidad todos manejamos los mismos conceptos, o eso queremos creer. Para ello, Crosby (1998) define 5 supuestos erróneos que mantienen los Gerentes, Responsables de la Calidad o quienes toman las decisiones trascendentales de la organización que impactan directamente en la gestión de la calidad.
1. Es importante recordar la definición estandarizada de que «calidad es cumplir con requisitos establecidos», y punto. Un par de lentes que cumple con los requisitos es un producto de calidad, sin importar la marca y el precio.
2. Aceptar este hecho ha conducido a muchos gerentes a descartar la calidad como algo que no se puede manejar. Deberían establecerse mediciones para determinar el costo global de la calidad y el grado hasta donde cumplen los resultados y procesos con los requisitos.
3. Es apropiado explicar el verdadero significado de la palabra «calidad» y señalar que siempre es más barato hacer bien las cosas desde la primera vez, y no casarse con la idea de que la existe una «economía de la calidad» al analizar costos de calidad. Si quieren asegurarse de que están empleando el proceso más barato posible, deben profundizar en la certificación del proceso y la calificación del producto.
4. En el camino hacia el análisis de la causa raíz de los problemas, se enfoca en el área de producción ignorando fallas de contabilidad, ingeniería, informática y mercadotecnia. Y claro, el que busca encuentra, pero es muy poco lo que la gente de producción puede aportar a la prevención de los problemas, dado que toda planeación y concepción se llevan a cabo en otra parte.
5. Desafortunadamente, la mayoría de los profesionales de la calidad sienten que son responsables por la calidad en la organización, por lo que esta suposición está muy arraigada. Insistir en que los “problemas de calidad” son debido a que el departamento de calidad cometió algún error, es cargar con problemas ajenos. Se debe aprender a llamar a los problemas por los nombres de quienes los ocasionan: problemas de contabilidad, de producción, de diseño, de administración interna, de recepción, etc. De no hacerlo así, se les hará responsables de resolver problemas sobre los que no tienen control alguno.